miércoles, 19 de mayo de 2010

CAMILO SESTO


Camilo Blanes Cortés, más conocido con el nombre artístico de Camilo Sesto, vino al mundo en Alcoy (Alicante), el 16 de setiembre de 1946. Su familia era de condición modesta, pese a que no pasaron apuros económicos de envergadura. El padre era electricista. Por ser el menor de una familia de seis integrantes, sería llamado Camilo Sexto, aún cuando el apellido artístico por el que sería conocido en el futuro lo escribiera con ese en vez de con equis.

De chico era revoltoso y fue expulsado de dos colegios. Tenía buena voz y lo reclamaban siempre para cantar en el coro y también para cualquier representación teatral de fin de curso. Y como, además, dibujaba muy bien, se encargaba de caricaturizar a sus compañeros. Era la época en que sus amigos conocían a Camilo por el apodo de El Chato. Su ilusión era ser famoso como el niño artista de ese entonces Joselito.

Su primer grupo, Los Dayson
Siendo adolescente, Camilo formó con unos amigos su primer conjunto musical. Él era el cantante. Ese grupo de aficionados se llamó Los Dayson y con él se fue Camilo a Madrid a participar en el programa concurso de Televisión Española Salto a la fama. Interpretaron Flamenco, una canción de Los Brincos, por aquella época (mediados de los 60) muy de actualidad. Y luego se volvieron a Alcoy, muy felices, porque los habían visto (y escuchado) en toda España, para seguir actuando sábados y domingos en una sala de fiestas de la ciudad y en toda clase de bodas y bautizos. En su repertorio incluían canciones del Dúo Dinámico, Raphael y de otros artistas de la época.

Era un día de 1965 cuando, resolutivo, Camilo dijo a sus padres que dejaba Alcoy y que con la maleta al hombro se iba a Madrid en busca de fortuna. Comprendieron sus progenitores la aventura soñada por su hijo, al que autorizaron a emprender el viaje. Con él se marcharon también los componentes de su grupo, Los Dayson.

Pero en Madrid las cosas no iban bien. Camilo las pasó canutas más de un día para poder salir con sus gastos. Así es que cuando no lograba lo suficiente para ir subsistiendo con sus actuaciones domingueras en locales de poca monta, se iba al Rastro y vendía algunos bodegones y paisajes que pintaba para seguir adelante en la pensión que compartía con un amigo en las afueras de Madrid.

Los Dayson no iban a llegar muy lejos. Por entonces, en 1966, se disolvió un grupo que gozaba de cierta popularidad, Los Botines. El conjunto se rehizo con nuevos integrantes, entre ellos Camilo. Grabó un disco. "De vez en cuando me permitía comer pollo", recuerda Camilo de aquellos años de ilusiones y hambre. Era cuando el grupo se anunciaba como Camilo y Los Botines. Hasta participó en el rodaje de la película Hamelín, cuyo protagonista era Miguel Ríos, ya muy conocido entonces. "Y a mí me llamaron después para uno de los protagonistas de Los chicos del Preu, cuya heroína era Karina", rememoraba Camilo.

Las quinceañeras estaban ya loquitas por aquel muchacho de rostro barbilampiño y cara de niño bueno llamado Camilo. Pero él se reservaba para una joven rubia, colega de profesión, Laura Cassale. Tal vez fue Laura el verdadero amor de su vida (aparte del romance, platónico o apasionado, no se sabe del todo, que mantendría después con Rosetta Arbex, a quien dedicaría una de sus más populares creaciones).

Juan Pardo, su padrino
Camilo cumplió el servicio militar en Almería. En ese tiempo hizo gran amistad con Junior (del dueto Juan y Junior, y actual esposo de Rocío Dúrcal), quien se ofreció para ayudarle. Pero, finalmente, quien se convirtió en verdadero padrino e impulsor de su carrera fue Juan Pardo (al igual que Junior, ex componentes de Los Brincos y 50% de Juan y Junior), cuando ya Camilo se había licenciado en el servicio militar.

El primer disco que Juan Pardo produjo para el cantente de Alcoy pasó sin pena ni gloria. Pero más adelante el empeño del músico gallego tendría su fruto cuando Camilo hizo muy popular Buenas noches, una adaptación de la Canción de cuna de Brahams. La crítica se fijó, por fin, en Camilo Sesto, que ya no era el cantante de Los Botines, conocido sólo en las barriadas madrileñas. Después, participó en el concurso de televisión Canción 71. La popularidad llegaba a su carrera. Grabó luego Lanza tu voz, A ti Manuela, Roseta y Mendigo de amor. La voz de Camilo Sesto comenzaba a despertar la admiración general de toda España.

Pero el espaldarazo definitivo lo logró con Algo de mí. Camilo ya iba componiendo canciones poco a poco y Algo de mí nació una noche en su mente, de golpe y porrazo. Fue su consagración, aquel año de 1972 y viajó por vez primera a Hispanoamérica.

Las fans ya lo asediaban por doquier. Se abalanzaban al escenario. Camilo comenzaba a ser un ídolo en España y muy popular, cada vez más, entre los hispanoparlantes americanos.

Entonces conoció a Lucía Bosé. Se habló, incluso, de amor entre ambos. La diferencia de edad era grande. No obstante, estaba claro que Camilo sentía admiración sin límites hacia la madre de su amigo Miguel [Bosé]. Camilo leyó un día un poema de Lucía y decidió ponerle música y cantarlo. Se tituló Amor amar y fue uno de los grandes éxitos del cantante alcoyano.

Jesucristo Superstar
La década de los 70, sobre todo en la segunda mitad, marcó la consagración definitiva de Camilo Sesto, en un momento en que decrecía la popularidad de Raphael y comenzaba a sobresalir un joven Julio Iglesias, cimentando su gran popularidad. Sería largo describir aquí todos los títulos de las canciones que Camilo Sesto situó en las listas de éxitos musicales. Citemos sólo unas cuantas: Todo por nada, Sin remedio, Ayudadme, Quieres ser mi amante, Jamás, Melina.

En 1975 logró su éxito soñado en un escenario: Jesucristo Superstar. Cuando en España nadie se arriesgaba a montar un espectáculo europeo de la categoría de esta ópera-rock aclamada en Londres, Camilo se convirtió en protagonista y empresario, saliendo victorioso de ella, más en el sentido artístico que en el económico. Allí se dio a conocer también como triunfadora Ángela Carrasco, para quien luego compondría algunos de sus grandes éxitos. Era el 6 de noviembre de 1975 y el escenario, el del teatro Alcalá-Palace de Madrid. Una fecha que jamás olvidará Camilo.

En años siguientes, Camilo siguió cantando con éxito, en España y en Latinoamérica. Por lo general, siempre interpretó canciones compuestas por él mismo, salvo raras excepciones.

Los 80 mostraron a un Camilo Sesto más innovador, probando nuevos arreglos y temas en sus producciones, con los cuales logró darle una exitosa contemporaneidad a su oferta musical. Su nombre era más que nunca sinónimo de éxito en listas, ventas y conciertos de España, Latinoamérica, Estados Unidos, Japón. Algunos de los clásicos de esa época son: Perdóname, No sabes cuánto te quiero, Mi mundo tú y Amor de mujer.

El primer retiro
El cantante tomó a mediados de los años 80 la decisión de retirarse de la canción. No sería la última vez que adoptaría esta determinación. Las razones fueron, quizás, varias. Probablemente, influyó el hecho de que ya era millonario y tal vez estaba cansado de actuar durante más de 20 años en los escenarios. Súmese a lo anterior que en ese entonces terminaba en no muy buenos términos su relación de toda una vida con su casa disquera (Camilo no estaba a gusto con la promoción y réditos recibidos con esa empresa) y externaba un descontento acumulado a cómo se desarrollaba el ambiente musical del momento.

Pero el motivo principal fue el nacimiento de su único hijo, Camilo Michel. Camilo comprendió que no obtendría las mismas satisfacciones con la música que las que le esperaban criando a tiempo completo a su primogénito, nacido de una relación con la mexicana Lourdes Hornelas. Camilo acordó con la madre la patria potestad del niño.

"Eres el único, de entre los papás de los niños del colegio, que no trabaja", le decía Camilo Michel a su padre alguna vez. Esto y la nostalgia del aplauso de un público que lo esperaba con ansias, motivó a Camilo a realizar una reaparición formal en el mundo de la música en el año 1991, con su álbum A voluntad del cielo del que recordamos entre otros su éxito Amor mío, ¿qué me has hecho? .

Le seguirían dos álbumes más, pero de nuevo, se replegó en su hogar a mediados de los 90. Después de algunos años de vivir en Florida (EE UU), el músico volvió a Madrid.

El Fantasma de la Ópera
Camilo planeaba desde finales de los 90, repetir su experiencia de los 70 con Jesucristo Superstar, pero esta vez con otra obra de Andrew Lloyd Weber: El Fantasma de la Ópera.

Para el año 2000, Camilo había grabado en estudio una versión producida por él de esa obra. Pero no pudo liberarla al mercado, debido a algunas regulaciones legales no advertidas oportunamente.

Esta obra, una de los trabajos más finos del artista, se guarda aún a la espera de superar los escollos de trámite que la retienen.

El trasplante
La salud de Camilo siempre ha sido asunto de debate. Lo han declarado muerto una y otra vez. Lo cierto del caso es que siempre padeció problemas de hígado, derivados de una hepatitis sufrida en los 80.

Si bien siempre realizó una vida normal y no manifestó molestias especiales por esta dolencia, en 2001 recibió un trasplande de ese órgano.

Antes de ser trasplantado, ya tenía los bocetos trazados de un nuevo trabajo, "porque yo no me sé quedar quieto.', como diría alguna vez!

En 2002 Camilo Sesto lanzó su nueva producción, Alma, una colección de canciones a su estilo, producto de una cuidada preparación y la entrega de su alma, como nunca antes.

Camilo volvió a ser escuchado con temas como Duda de amor, Ángel azul, Eres mi perdición y otras. Incluso, probó su versatilidad con ritmos y temas de vanguardia como su Mola mazo y una versión remozada de Fresa salvaje.

Su carisma y la incondicional complicidad con su público, se hizo patente en febrero del 2004 durante su participación en el Festival de Viña del Mar, donde fue ovacionado con la misma fuerza que antes y que siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario